A esta edad nace un ser social, y es el momento ideal para trabajar en equipo y poner al niño en contacto con diferentes culturas. El trabajo en esta etapa de desarrollo es fomentar en él un pensamiento independiente para comprender su lugar en el mundo, lo que lo llevará a ir construyendo su misión de vida. Su interés y entusiasmo por aprender debe ser ampliamente aprovechado. Ahora le tocará enfrentar mayores retos y está listo para hacerlo.

Su mente va camino a la abstracción y en nuestros ambientes encontrará mucho material concreto con el que podrá nutrirla y comprender conceptos abstractos.

En esta etapa, el niño se encuentra ordenando su mente, por lo que el orden externo le resulta irrelevante, así que al adulto le toca preparar y cuidar el entorno de manera que los niños hagan su trabajo interno en mejores condiciones para alcanzar aprendizajes sólidos y duraderos.

Grupos de 35 niños.